La doble hazaña de Remigio Saavedra que convirtió al 5 de diciembre en el Día del Ciclista

Categoría: Sociedad Escrito por Sergio Miranda

En 1943 unió Mendoza con Buenos Aires en poco más de 17 horas y media y toda la Argentina habló de él. Repitió en 1981 cuando ya tenía 70 años. El hombre detrás de la leyenda.

Un plato de 92 dientes, casi la mitad de grande que la rueda de la bicicleta. Un objetivo: unir Mendoza, provincia natal, con la cosmopolita Buenos Aires. Un segundo objetivo: hacerlo más rápido que "El Cuyano", el tren de la compañía de capitales británicos FCBAP que unía Retiro con la capital mendocina. Un hombre: Remigio Saavedra, a quien Argentina le debe que este sábado, como cada 5 de diciembre, se celebre el Día del Ciclista.
 
17 horas, 33 minutos y 55 segundos bastaron para que el competidor completara los 1.196 kilómetros de recorrido y arribara al viejo velódromo de Palermo el 13 de noviembre de 1943.

Llegó prácticamente sin detenerse y gracias, en parte, a la asistencia de un vehículo especial que iba delante suyo con una suerte de chapón que lo protegía del viento y reducía la resistencia del mismo. 

Es más, esa "pantalla" incluso se extendía levemente hacia los costados, lo que le permitía a Saavedra estar también tranquilo si el viento cambiaba de dirección y le "pegaba" lateralmente.

La bici se la había hecho especialmente una fábrica llamada "Cometa", y aquel plato gigantesco de piñón único le permitía, con una sola pedaleada, recorrer casi 20 metros. Fue una elección que pudo resultar curiosa ya que Remigio completó la travesía en una bicicleta de pista.

Nicolás Muszkat, deportista que completó cinco pruebas Ironman, que se dedicó al ciclismo y eventualmente se convirtió en director de marketing y ventas de la japonesa Shimano, explica la razón: "Si bien había bicis de ruta en esa época, la de pista con una transmisión directa no sólo reduce el peso, sino que además tenés menos posibilidades de que se rompa algo, teniendo en cuenta que es un viaje largo".

Y añade un detalle respecto al plato de 92 dientes: "Hoy en pista se usan hasta platos de 64 dientes, que hace 15 o 20 años atrás no existían más que como prototipos. En ruta, en tanto, por ejemplo en la crono del Giro de Italia estaban usando platos de 60 o 62 dientes, que para carreras de ruta hace 10 años era algo impensado".

Bordeando los 100 kilómetros por hora en algunos tramos, Saavedra completó lo que era por entonces su máxima hazaña pese a no tratarse de una competencia oficial. Y eso que para aquel momento ya era un destacadísimo ciclista, campeón de múltiples pruebas, que había competido incluso en el exterior (llegando a Estados Unidos y Canadá) y se había hecho de una gran fama en toda Sudamérica.

La mejor escuela de Remigio había estado en su casa. Cosme, su hermano, había sido el pionero en eso del ciclismo. Y había sido bueno en serio: llegó a competir en los Juegos Olímpicos de París 1924 y Amsterdam 1928, lo que llevó a su hermano menor (nacido en 1911, segundo de cuatro varones) a querer seguir ese camino.

Y así como empezó a pedalear de chico, Saavedra lo siguió haciendo de grande. Llegó, entonces, a recorrer Mendoza-Buenos Aires por segunda ocasión. Fue esta segunda hazaña, realizada a beneficio de la Liga Argentina para la Lucha Contra el Cáncer (LALCEC) y completada un 5 de diciembre, la que dio origen al Día del Ciclista. ¿Qué tuvo de particular?

Por un lado, tardó algo más que la primera vez: 18 horas y 45 minutos. En el trayecto, otra vez con un auto guía y protector del viento mediante, sufrió algunos calambres y debió parar brevemente para que lo masajearan. Pero llegó.

La gran diferencia estuvo en su edad: lo logró en 1981, nada menos que a los 70 años, y con una bicicleta marca Pinarello de características similares a las que había usado 38 veranos atrás.

"Hoy las bicicletas son de fibra de carbono -explica Muszkat-, pero no para entonces; de todos modos, la de la marca que usó Remigio era liviana para lo que eran las bicis de acero". ¿Por qué usar un modelo similar al de casi 40 años antes?

"Para la época del segundo viaje ya había bicis de ruta con seis piñones y dos platos, pero hacerlo de nuevo con una transmisión directa le permitió ganar en peso. Lo hizo con una bici que debe haber pesado aproximadamente 10 kilos, hoy con un modelo actual podés tener materiales de 2 o 3 kilos menos", remarca el ejecutivo de Shimano Latinoamérica, a quien se le plantea: ¿cómo se puede repetir o incluso mejorar el recorrido de Saavedra?

"Como travesía es posible, hay que organizarla bien -asegura-. Lo más importante es la alimentación e hidratación porque el cuerpo está consumiendo grasa permanentemente. La preparación debe ser todavía más exhaustiva si se quiere lograr algún récord. De cualquier manera, una cuestión no menor hoy son las complicaciones para entrar a Buenos Aires, a menos que sea un evento súper preparado, con un escolta de policía y demás. Con las autopistas y todo, el viaje hoy lo podés pensar hasta Luján, de ahí hasta Palermo hoy es imposible".

Remigio Saavedra lo hizo, por duplicado y con 70 años. Cuentan las leyendas que ganó unas 200 carreras en pista y otras 100 en ruta. Falleció en 1998, a los 86 años, y dejó para siempre instaurado el Día del Ciclista.

Fuente: https://www.clarin.com/