6 días de calabozo y un mes de prisión domiciliaria siendo inocente…

Categoría: Sociedad Escrito por Sergio Miranda


Hace prácticamente un año, un 6 de mayo del 2017, mi vida cambiaría para siempre. "Una Mentira", me marcaría de por vida, viví algo que jamás pensé que me tocaría pasar... pensé...llore... y me desanime a mas no poder, por razones inciertas de la vida fui acusado de un hecho aberrante que jamás haría. Periodistas y parte de la sociedad me señalaron y me calificaron como “Violador”.

Mi familia, mis seres queridos tuvieron que luchar ante la cantidad de injurias que se levantaban sobre mi persona, no podía creer lo que estaba pasando, no podía creer de lo que se me estaba acusando.

Medios locales, provinciales y nacionales se hicieron eco de una falsa denuncia que se levantó en contra de mi persona. Después de una noche de boliche normal, como desde hacía años, exactamente 10 años, llegaba a su fin.

Me preparaba para disfrutar de mi hija, cuando cerca de la hora 20, me enteraba que la justicia me estaba buscando, por una supuesta denuncia de violación que se había presentado contra mi persona. Seguro de lo que había hecho, decidí presentarme voluntariamente y ponerme a disposición de la investigación que estaba comenzando.

Fueron 6 días aislado en un calabozo de la Comisaria 14º de General Alvear y un mes de prisión domiciliaria, que viví como un calvario, preguntándome día a día porque me pasaba a mí, porque mi madre, mi hija, mi familia tenían que vivir esta horrible situación.

La investigación avanzo, la victima aclaro que nada teníamos que ver, señalando con nombre y apellido a la persona, que según dicen, la había abusado.
En mi caso jamás se me tomo declaración, jamás se investigó las llamadas que había realizado yo desde mi teléfono particular al 911, dando detalles de lo ocurrido esa noche. Solo yo sabía que todo lo que se hablaba era mentiras, una historia distorsionada de la cual todos se aprovecharon para figurar y sin contar la verdad sobre el hecho.

Hoy un año después, nadie pidió disculpas, todos los que me injuriaron no fueron capaces de reconocer su error por su mal manejo de la información. Estuve con estado depresivo, hasta pensé en quitarme la vida, pero con la confianza en Dios, pude superar esos malos pensamientos.

Hoy mi vida sigue, pero el dolor quedo, la herida que me causaron a mí y mi familia aún sigue intacta, tal vez esperando que alguien se comporte como una persona digna y sepa reconocer que se equivocó. Detrás de mi nombre, hay una profesión, una familia y seres queridos que siempre supieron que yo era inocente. Tal como la Justicia lo demostró.

Facundo Rebol