En un esfuerzo por promover la sostenibilidad y la economía circular, se está trabajando en el ACRE (Área de Cultivos Restringidos Especiales) en un terreno municipal de 200 hectáreas, ubicado sobre calle Q.
Este espacio está destinado a cultivos restringidos, donde se utilizan aguas tratadas provenientes de lagunas de líquidos cloacales, lo que representa una innovadora solución para reducir el impacto ambiental.
“Emprendimientos El Rosario” ha comenzado a cultivar álamos en esta área y tiene planes de expandir su superficie de cultivo. Actualmente, se están ingresando entre 120 y 150 litros por segundo de efluentes tratados, lo que no solo ayuda a optimizar el uso del agua, sino que también contribuye a la creación de un sistema de economía circular, según informó Denis Rabanal, Asesor de Gestión Ambiental.
Rabanal destacó que este ambicioso proyecto es posible gracias a la colaboración entre el área de gestión ambiental, técnicos e ingenieros de irrigación, así como el apoyo logístico de maquinaria de obras públicas. La iniciativa requirió aproximadamente ocho meses para desviar el caudal y construir una nueva infraestructura en la zona.
Lucila Di Paolo, representante de la firma encargada del proyecto, explicó que se llevarán a cabo labores de forestación en 100 hectáreas utilizando dos variedades específicas de álamo. Estas variedades han sido seleccionadas no solo por su capacidad de crecimiento, sino porque están adaptadas para consumir agua en lugar de optimizarla, lo que resulta crucial en este contexto.
La madera resultante será certificada y utilizada como materia prima en colaboración con universidades para verificar su trazabilidad. Además, se contempla la posibilidad de exportar esta madera industrializada desde el departamento, generando un impacto positivo tanto ambiental como social y económico en la región.
La primera tala está estimada para dentro de siete años, y el plan incluye un trasplante sistemático que permitirá realizar recolecciones anuales. Este enfoque busca cambiar la matriz productiva del área y fomentar prácticas más sostenibles.
Di Paolo remarcó que el proyecto cuenta con el apoyo tanto del sector público como privado, “es muy bueno cuando se hace un convenio o un trabajo donde participa el sector público y el sector privado, siempre salen muy buenas cosas”, concluyó.