La última vez que se había informado un número tan elevado de fallecidos fue el 29 de abril, con 561. Además, se informaron 24.079 nuevos contagios. Con estos datos, el total de infectados desde que comenzó la pandemia asciende a 3.071.496 y las víctimas fatales son 65.865
De acuerdo al parte epidemiológico, de momento en Argentina hay 5.342 personas con coronavirus internadas en terapia intensiva. El porcentaje de ocupación de camas a nivel nacional es del 68,2% y en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) del 75,9%.
“Estamos en una situación realmente complicada, ahora empieza el frío y puede ser realmente muchísimo peor, por lo tanto hay que restringir todo lo posible la circulación innecesaria o no esencial porque la situación se pude complicar aún más”, agregó Hojman.
“Para analizar el récord de muertos uno debe ser muy cauteloso. Primero considerar la asincronia del reporte al sistema (no todos murieron ayer). También es importante saber que el número de casos sigue siendo muy alto (hoy 24k), por ende va haber más cantidad de fallecidos en números absolutos”, expresó a Infobae Gonzálo Corral, Jefe de infectología de la Clínica 25 de mayo de Mar de Plata. Y siguió: “Por otro lado el número de pacientes de internacion en las UTI es muy alto (tienen más mortalidad). Posiblemente una de las hipótesis que explique el aumento del número de casos, las formas más graves en pacientes jóvenes, podrían ser las variantes de preocupación”.
Para Mirna Biglione, investigadora en el Instituto de Investigaciones Biomédicas en Retrovirus y SIDA, que depende la Universidad de Buenos Aires y el CONICET, y miembro de la Asociación Argentina de Alergia e Inmunología Clínica, “esta ola es diferente a la del año pasado, se suman favores relacionados al virus, al sistema sanitario y al comportamiento social. Por un lado, nos encontramos con las nuevas variantes circulando en distintas provincias del país. Al ser más contagiosas tenemos más cantidad de personas positivas, por lo tanto la proporción de pacientes que necesitan oxígeno, internación en sala o terapia es mayor, y también de fallecidos”.
Y sigue Biglione a Infobae: “Incluso se siguen sumando variantes como la B.1.617 detectada en la India, que se ha expandido muy rapidamente. La falta de verdadera conciencia sobre las medidas de protección individual o el cansancio, las reuniones multitudinarias, un gran número de variantes y una tasa de vacunación insuficiente pueden impactar dramáticamete en cualquier país pero mas aún en países donde su sistema sanitario viene golpeado desde años. Podemos sumar más camas, pero nos tenemos que preguntar si venimos sumando más profesionales de la salud capacitados (algunos lamentablemente han fallecidos o se encuentran en recuperación), si hemos intensificado dicha capacitación, si hemos considerado el agotamiento psíquimo-emocional y físico de quienes están lidiando en hospitales y centros de salud. Cada una de estas variables son las que definirán la realidad con la que nos vamos a enfrentar”.
“El número de muertos no me dice mucho sobre la situación de hoy”, expresó por su parte a Infobae el infectólogo Lautaro de Vedia. “El paciente que ingresa a terapia intensiva ya llevaba siete a diez de la enfermedad. Después está, por lo menos la cifra que nosotros manejamos, 17 días como promedio en terapia intensiva. Si sumas 17 días más estos siete diez días, te da un paciente que comenzó su cuadro hace casi un mes atrás. Entonces los pacientes que se mueren hoy son casos registrados hace un mes”.
De Vedia es contundente con respeto a la cifra: “Hoy estamos pagando la explosión de hace cuatro semanas, de cuando hubo tantos casos. Porque uno en terapia le pone oxígeno al paciente, lo da antibióticos, le hace diálisis pero, muchas veces, termina muriéndose luego de unos cuantos dias. Los 633 muertos de hoy son pacientes entre 20 y 30 días antes”.
La infectóloga Silvia González Ayala, profesora titular de la Cátedra Infectología de la Facultad Ciencias Médicas de la Universidad Nacional La Plata, dijo por su parte a Infobae: “Este récord de muertos por COVID-19 ocurre en plena segunda ola de coronavirus con variantes muy contagiosas que ya circulan en nuestro país. Y vemos que a diferencia de la primera, está pegando a personas más jóvenes. Otra cosa que notamos es que los pacientes tienen manifestaciones clínicas graves en menos tiempo. Esta segunda ola era algo absolutamente previsible y creo que hubo un ataque de optimismo de parte de las autoridades frente a la relajación que vimos desde noviembre. En el verano, tuvimos 4 meses para prepararnos. Porque sabíamos que esta segunda ola iba a llegar al país. No hacía falta más que mirar a Brasil en enero con el surgimiento de las nuevas cepas”
“La hora de una reflexión seria”
Los especialistas coinciden en que es un momento clave éste. “Llego la hora de una reflexión seria, especialmente de aquellos que nunca colaboraron para salir de esta tragedia”, dice el epidemiólogo. “Sino hay un cambio de actitud, la retahíla de disgustos será interminable”, agrega Pizzi.
“Hay una falta de conciencia y pelea de los políticos por situaciones que terminan impactando en la mortalidad de la gente, por lo tanto es hora de que empiecen a hacer cosas por el bienestar de la gente en general”, agregó Hojman.
“No se trabajó de la forma más efectiva. Recién hace 10 días comenzamos a ver el tema del oxígeno. No se compraron o negociaron vacunas en cantidad suficiente para llegar a mayo con más personas vacunadas. Ahí vimos pasar el tren”, finaliza González Ayala.
Fuente: https://www.infobae.com/