Son 23 centros de estudios distribuidos a lo largo y ancho de San Rafael.
Muchas personas, por diferentes razones de la vida, no pudieron realizar sus estudios en la juventud. En este marco, los Centros de Educación Básica para Jóvenes y Adultos, conocidos popularmente como CEBJA, son una oportunidad para insertarlos – muchos años después – en el sistema educativo y demostrar que nunca es tarde para aprender.
En San Rafael los CEBJA tienen actualmente una matrícula de más de 4.500 alumnos y están distribuidos estratégicamente en 23 de centros de adultos con sus respectivas aulas satélites. No sólo reciben clases referidas a la oferta educativa curricular, sino que efectúan variados proyectos productivos, que buscan brindar capacidades y habilidades que complementen sus aprendizajes.
La docente Cecilia Arias explicó que a diario reciben a personas de entre 14 y 95 años, quienes buscan culminar sus estudios primarios o secundarios. Los centros están distribuidos en diferentes zonas de Ciudad y distritos, con una amplia cobertura en todo San Rafael.
“Para la mayoría de las personas que están en la Educación de Jóvenes y Adultos, finalizar sus estudios es mucho más que la obtención de un título que los habilita para una mejora en su calidad de vida. Significa la posibilidad de aprender y continuar aprendiendo con su propio estilo”, explicó el Supervisor de la sección San Rafael de los Cebja, Pablo Moralejo.
Destacó el especialista que «se trata de promover una participación personal y colectiva, que busque transformar su realidad para – en ese camino – ir desarrollando aprendizajes socialmente significativos».
Volver a la escuela después de los 60
«Estudiar para mi es hacer realidad sueños que no pude cumplir de jovencita; me siento capaz de poder lograrlo, ser útil; la salud por suerte me viene ayudando», cuenta Libia Díaz de 69 años, una de las brillantes alumnas del CEBJA 3-066.
Aunque no los aparente, Gladys Díaz tiene 67 y también forma parte de los CEBJA. Sobre su experiencia destaca que “para mi la Educación es lo más importante en la vida, por eso estoy acá para finalizar mis estudios. La paso genial porque aprendo junto a los profesores».
Lo mismo plantea Fresia Antonia Salas que con sus jóvenes 64 años, está terminando la escuela. «El estudio es un ejemplo a seguir, nunca es tarde para lograr sueños incumplidos. Aquí aprendemos diariamente a integrarnos», cuenta con alegría y mucha emoción.