Se trata de un proyecto de la concejal Gisela Caballero. En el mismo se pide la colocación del nombre de la docente a la calle de entrada al establecimiento educativo, por la admirable labor que la misma desempeñó en su trayectoria, destacándose como una servidora silenciosa en su ardua tarea de enseñar.
La concejal Gisela Caballero acompañada de los integrantes del bloque Unión Cívica Radical-Frente Cambia Mendoza, presentó un proyecto en el que pide colocar el nombre de la maestra "Laura Cristina Ferreyra" a la calle de la escuela Nº 1- 702 “Manos Solidarias”.
En sus fundamentos la edil manifiesta: "Preparar a un niño para el mejor desarrollo de su potencial demanda no solo la mejor capacitación técnica, sino, por sobre todo vocación, entrega y compromiso que han de estar a la altura del desafío. Un ejemplo destacado en nuestro departamento fue Laura Cristina Ferreyra, docente con vocación de servicio, quien comienza su labor en las aulas en escuelas albergues de nuestro departamento, hasta que en 1991 es designada en la escuela Nº 1-702 Manos Solidarias con características urbano-marginales, en el Barrio Constitución".
Caballero cuenta en su proyecto que la docente colaboró activamente en la organización de rifas, venta de empanadas, té loterías y solicitó donaciones, recaudando así fondos para el acondicionamiento del edificio y aportó de sus recursos lo necesario para el buen funcionamiento y la optimización de su tarea en el aula, ya sea con mobiliario, materiales didácticos y biográficos. Participó también en la Comisión Cooperadora, llevando adelante iniciativas que redundaron en gran beneficio de toda la comunidad escolar y barrial.
Laura desarrolló múltiples proyectos, tendientes a mejorar la calidad educativa, tales como” Cuando el Niño No Aprende, Oculta Tantas Cosas”, a través del cual se logró el financiamiento durante tres años, con “Escuela Creativa”, de un gabinete psicopedagógico, gracias al cual la labor docente fue direccionada para afrontar con técnicas correctas las problemáticas de los educandos.
Muy cercana a la cultura encaró con dedicación y responsabilidad la colección de firmas y concientización de los ciudadanos para hacer viable el proyecto denominado: “Marzo, tiempo de vendimia” para que la marcha que compuso el poeta sanrafaelino Jorge Martínez y musicalizado por la señora A. La Terra Spadaro, se adoptara como marcha vendimial en ciudad y distritos, proyecto que logro su aprobación por ordenanza Nº 7264 de este honorable Cuerpo, con fecha 19 de mayo de 2003. "Dicho logro mostró a los niños la importancia de la participación popular a nivel gubernamental.
Supo resaltar las tradiciones y los valores fundamentales de nuestra tierra, enseñó a sus alumnos poesías, actuación, baile folklórico, conseguía el vestuario y todo lo necesario para los actos, así todos pudieran participar", expresa.
Laura tenía una amplia y minuciosa visión de la problemática de sus alumnos, es por ello que su tarea social dentro de la escuela no se limitaba a educarlos, colaboraba con ropa, medicamentos, alimentos, anteojos, pues era conciente de los escasos recursos económicos de las familias de estos niños.
En sus clases, según cuentan ex alumnos y padres, diariamente desarrollaba la creatividad y la búsqueda de actividades para atender la diversidad que se presentaba en el día a día del aula, haciendo un seguimiento personalizado, con visitas domiciliarias para ver el progreso de sus alumnos.
Otro dato importante es que trabajó en conjunto con la Escuela Efraín Dante Gicolini y la comunidad. Además fue maestra integradora en la escuela Amadeo Natale, acompañando a sus alumnos aún en su etapa de secundario. Como docente de vocación supo imprimir su sello, y su sentido maternal en su desempeño.
Sus motivaciones y expectativas no decayeron en busca del bienestar de sus estudiantes, no escatimando esfuerzos ni tiempos para ello, su corazón siempre estuvo dispuesto para compartir con padres y alumnos como parte interesada en el desarrollo del proceso de aprendizaje.
"Todos los que tuvieron el placer de compartir con ella una parte de su vida y labor manifiestan que supo trascender su compromiso de la escuela a la comunidad, logrando un vínculo único entre la institución y el hogar en forma permanente, empujando a sus niños a través de la adversidad, con un ímpetu especial, no los dejó bajar los brazos. Fue un ser sensible y cálido que amó las aulas y traspasó sus muros para la formación de personas de bien", destaca Gisela.
A pedido de la comunidad educativa, ex alumnos y padres de los ex alumnos de la escuela Nº 1- 702 “Manos Solidarias”, ubicada en Avenida Rodolfo Iselín, entre calles Paraná y Santiago del Estero, se solicita que se imponga el nombre de Maestra Laura Cristina Ferreyra a la calle que se utiliza como entrada al establecimiento educativo.
La razón del pedido es por la admirable labor que la docente desempeñó en su trayectoria, destacándose como una servidora silenciosa en su ardua tarea de enseñar.